Un día como tantos…
De 6 a.m a 12 p.m
Desperté, me levante, entre al baño a lavarme la cara, baje a la cocina, me prepare un café, le di 3 tragos y me puse a terminar mi trabajo de análisis de la imagen. Como siempre me pelee con la cartulina ilustración y la corte chueca, monte la fotocopia de la pintura que me toco analizar en la cartulina y comencé a ajustar las”camisas” de papel albanene con las que analice la obra. Una sin querer la corte mal, otra no quedo como yo quería y a otra le puse líneas de mas a la hora de entintarla con plumón superfino, me dio flojera empezar de nuevo y 2 las arregle como pude.la goma no borro bien el plumón y tuve que hacer de nuevo esa parte del trabajo. Sonó mi celular y lo tome, me llego un mensaje que me hizo sonreír. Mire el reloj y faltaban 10 para las 11, mi examen mensual de la materia que más odio comenzaba a las 12.Mi madre me hizo favor de llevar a imprimir la otra parte de mi tarea mientras yo me subí a vestir y a lavarme los dientes. Entre que afinaba los detalles de mi trabajo, me dieron las 12 y yo seguía en mi casa. Me acorde de que a las 11:30 me quede de ver con un amigo en la parada de la universidad, sin querer lo deje plantado.
De 12 a 2:30 pm
Tuve que tomar un taxi (miedo!) para llegar ”a tiempo” a clase, en el camino me puse a platicar con el taxista acerca de la delincuencia en México, Barack Obama , el avionazo en el Df, el narcotráfico, el fin del mundo y hasta de la crisis económica y de valores morales en el mundo. Llegamos a la uni, me baje del taxi sintiéndome peor de lo que ya me sentía. Corrí como loca para llegar a mi salón y por supuesto, el examen ya había empezado. Le rogué a la maestra para que me dejara entrar, me dijo que ya iban a la mitad del examen, pero que si me dejaba pasar, me senté, saque unas hojas y tome nota de las preguntas restantes. Un compañero pidió permiso para salir y la maestra le dijo que sí, pero que me dejara su examen para copiar las preguntas que me perdí, me lo presto, copie lo que me faltaba, regreso y se lo devolví, le di las gracias y con su encantador acento norteño me contestó: de nada. Leí las preguntas y me di cuenta de que no me sabia casi ninguna(confieso que no estudie lo suficiente), las pase en limpio y me puse a contestar lo que pude. Entro al salón otro compañero que llego tarde porque se intoxico y se le hincho la boca, la maestra le dijo que podía pasar pero que había que molestar a alguien para que le pasara las preguntas, le dije que yo se las podía pasar, que tenía una hoja con las preguntas aparte. Agarre el primer apunte en sucio que hice y se lo di, se saco de onda y me dio las gracias. Conteste mi examen como pude y lo entregue junto con mi investigación y mí trabajo de análisis. Salí del salón, salude a un amigo y le dije que luego regresaba, tuve que ir al baño.
...
(continua en el siguiente post...o sea este--->Un día como tantos…(De 2:30 pm a 07:43 pm))
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